En Colombia es común hablar de visas... de problemas con visas... de maltratos por visas. Es pan de cada día. Mis familiares, amigos, conocidos y desconocidos, hablan de su odisea para al final NO obtener una visa generalmente de países de baja gracia (en mi concepto personal, pero favoritos del latino promedio) como España o EEUU.
Las experiencias son personales o de un amigo o un amigo de otro amigo. Incluyen maltratos de celadores, tumbadas de tramitadores, regaños de personal consular y hasta peleas. Las conversaciones van desde crudas historias en embajadas y consulados hasta consejos sobre que hacer y que no hacer, que llevar y que no llevar, sonreír o no sonreír, consejos absolutamente inútiles porque al final todo va depender de quien te atiende apenas entras en zona consular.
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