Wednesday, February 27, 2008

NO NOS CONSTA... POR TOLA Y MARUJA

23 de Febrero de 2008

— Aló ¿Maruja?

— ¿Quiubo Tola, cómo estás?

— Muy preocupada con esta chuzadera de teléfonos.

— ¿Estás hablando desde un teléfono seguro?

— Eso creo… Me salí del Palacio de Nariño y estoy llamando desde un teléfono público… Hablemos en clave.

— ¿Verdá que el que está chuzando es el general Naran…

— ¡Maruja!… Que hablemos en clave… Decí: el general cítrico.

— ¿Y cómo está haciendo Uri…

— ¡Maruja!… Cuando mencionés al que sabemos, decí: “el que sabemos”.

— ¿Cómo está haciendo “el que sabemos” pa hacer llamadas?

— Aquí está en la fila… Hay varios de Palacio haciendo fila: están Carepizza, Carepiña y Caremagua.

— Carepizza sé quién es: el consejero que parece afeitado con dinamita… Carepiña es el ministro de Reparticiones Exteriores… Pero no doy con Caremagua. Dame una pista.

— El ministro monito que hace las del gato: a toda poposiada le echa tierra ácida.

— ¿Y vos qué hacías en Palacio, Tola?

— El consejero Cosiaca me mandó llamar pa que…

— ¿Cosiaca?… Ai sí me dejates viendo un chispero… ¿Cuál viene siendo Cosiaca?

— El del cuento de que aquí no hay conflicto.

— Ah, ya… ¿Y pa qué te llamó José Odu… digo Cosiaca?

— Pa dos cosas: pa que le consiguiera monedas pa llamar del teléfono público y pa invitanos a las dos a un asado de todo el día el 6 de marzo.

— ¿El 6? Pero ese día es la marcha por las víctimas de los paracos…

— Eso le dije yo, pero él me dijo que esa marcha la organizan las Far… Cosiaca me esplicó: que la marcha anterior la convocaron los de Facebook y que esta la convocan los de FARCebook.

— No sé, Tola… El asado qué dicha, pues hace tiempos no como carne pulpa, pero me da pesar perdeme una marcha tan simbólica.

— Esperate Maruja yo busco otra moneda… No colgués. ¡Ay!

— ¿Qué fue ese grito? ¿Qué pasó, Tola?

— ¡Me salió de la cartera una cucaracha!… Nada mija, no tengo más monedas.

— Decile al que sabemos que te preste.

— Acordate que a él le robaron la billetera… Esperate que aquí encontré una mone… Ah, no: es la medalla de San Espedito…

— Echásela al teléfono, Tola… ¿Aló?

— No friegue, esa tumbada en la “pirámide” me dejó más pelada que sobaco de rana.

— ¿Nada que te devuelven la plata?

— Que me devuelven parte si llevo otra clienta.

— Decile a Luly Bossa, que recibió un montonón de millones de la Negra Candela como indemnización por el video que la Negra mostró de Luly en pleno canchis—canchis con el novio.

— Ya le dije, pero Luly me dijo que necesita esa plata pa grabar otro video.

— Oites Tola ¿no estás oyendo un ruido? ¡Nos están chuzando!

— No Maruja, es que me chillaron las tripas porque estoy en ayunas.

— De todos modos saludemos al que nos está chuzando… ¿Cómo está general, nos copia?

— Voy a colgar Maruja porque el que sabemos tiene afán de llamar a unos empresarios estranjeros con los que va a firmar un acuerdo de Estabilidá Jurídica, como el que firmó con Bavaria.

— Candil de la calle, oscuridá de la casa: el que sabemos le garantiza estabilidá jurídica a los de afuera y a los de adentro nos cambia los “articulitos” cuando le provoca. ¿Aló? ¿Tola?… Parece que colgó… Entonces sigamos hablando usté y yo, general… ¿Qué más de cosas?





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NO NOS CONSTA... POR TOLA Y MARUJA

16 de febrero de 2008

— Gracias Maruja por acompañame a poner el denuncio por la tumbada que me pegaron en esa tal “pirámide”.

— Gracias las que hace un mico… Pero Tola, no me cabe en la cabeza que vos tan vieja te dejés dar en la nuca, sabiendo que todos los noticieros alvirtieron de ese tumbis.

— Como una ya no cree en los medios.

— ¿Y cuánto perdites?

— Los ahorros de toda mi vida.

— Ah, menos mal fue poquito.

— Estoy que me condeno de la ira por haber sido tan jiquerona.

— ¿Y cómo se llamaba la tal pirámide?

— Dejá la bulla Maruja que si te digo el nombre me vas a dar una trompada por pendeja.

— Decí tranquila, que no te pego.

— Inversiones También Caerás.

— ¡Ay Tola! Sin palabras… Me dejates muda… No coment.

— Yo llevé confiada mi plata porque vi varios policías haciendo fila.

— Iban por el dueño, Tola.

— Yo me dije pa mis adentros: esto tiene que ser confiable porque la Policía no se deja tumbar.

— Se deja tumbar seguido: le meten equipos de comunicación dañaos, botas de segunda, pólvora mojada…

— Y una señora en la fila me comentó que la pirámide era la berriondera, que ella llevó una plata y que a la semana se la multiplicaron.

— Allá debe ser donde Uribe lleva las encuestas.

— Reconozco Maruja que fui muy bolsona, pero decime ¿adónde más lleva uno los ahorros si en los bancos antes se pierde plata?

— Pues toca invertir en empresas que tengan futuro: Indumil, funerarias, cárceles…

— ¿Cárceles?

— Las cárceles en Colombia tienen un futuro hermoso, Tola… Ahora con esa Ley de las pequeñas causas, al que se robe un cedular o una billetera lo embuten en la cárcel.

— “¿Ley de las pequeñas causas”?… Parece el título de una canción de Mercedes Sosa.

— El ratero que se robe un cedular va pa la guandoca como pepa de guama… Y pa que aprenda, le dicen la condena en minutos.

— Pero, ¿qué se suple uno con invertir en una cárcel?

— Es a futuro, Tola… Te pongo un ejemplo por ejemplo: un parlamentario uribista invierte en una cárcel sobre planos, entonces cuando caiga en ella puede descoger la celda que le provoque.

— Puede que tengás razón, Maruja… Está cayendo demasiada gente a la cárcel: o si no vea el coronel Plazas Vega, el del holocausto del Palacio de Justicia.

— Y nada raro que metan también al ex presidente Belisario, por lo mismo.

— Verdá Maruja, ¿Belisario por qué anda tan perdido?

— Desde el Holocausto Belisario se desapareció, pero hay testigos que aseguran que lo vieron salir vivo del gobierno.

— Bueno Maruja, ya se perdió esa platica que invertí en la bendita pirámide… Prestame entonces pal pasaje y nos vamos pa Villavicencio donde cuentan que un moreno en una camioneta pasa repartiendo plata.

— Váyase con ese manto a misa… La sobrina mía, Maryori, estuvo por allá y pasó la noche en un parque esperando… Y en vez de pasar el tal moreno repartiendo, pasaron varios negritos pidiendo.

— Hablando de Moreno, muy bonito el detalle del presidente Uribe de recibir en Palacio al alcalde de Bogotá.

— Cuenta Samuel que Uribe está inrreconocible de la queridura… Que no lo insultó ni lo desafió y que antes de despedilo le pidió la firma pa la reeleción.

— Es que Uribe en campaña es una pirámide de simpatía
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