Diana Carolina Jiménez Publicado el 25 de marzo de 2009 El Colombiano
Adiós a los estereotipos. Casi un centenar de delegados de más de 40 países a la versión 50 de la Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), descubrieron con ojos de asombro una ciudad absolutamente distinta a la que se imaginaron cuando escuchaban el nombre de Medellín.
El abrebocas de la jornada de este miércoles fue un recorrido en metro desde la estación Exposiciones hasta la estación Acevedo del metro. En éste, el alcalde de Medellín, Alonso Salazar, hizo su papel de anfitrión, indicándole a los delegados que lo acompañaban en el vagón, lugares de la ciudad que, en cuestión de segundos, hicieron que se cayera cualquier paradigma de violencia en su imaginario.
"En este recorrido uno va viendo los contrastes de lo hecho con lo que falta por hacer. Este paisaje que les muestro tiene una dosis de sinceridad porque no es una ciudad idealizada. Aquí ve el entorno de Moravia, pero también ve la biblioteca España, lo cual transformó totalmente el entorno", explicó Salazar, en el paso por la estación Caribe a Eugenio Bonilla Díaz, delegado de Argentina.
Luego llegó el ingreso a los vagones del metrocable. Los delegados del BID miraron 'boquiabiertos' al vacío porque esa Medellín no se la esperaban.
“Me la imaginaba más pequeña, más rural y concentrada. Los alcances de la obra se ven en los rostros de la gente que vive aquí. Además, es el único metrocable urbano que he visto. Es impresionante”, dijo Miguel Emdis, consejero de Portugal en el BID.
Y es que, según el Alcalde, "cosas para mostrar es lo que hay. La ocasión es propicia para contar mucho de la ciudad, mostrar nuestros avances y nuestros desafíos".
El recibimiento, arriba en la cima, lo dieron los jóvenes de la Orquesta de la escuela Las Nieves. Allí los delegados, con ojos y curiosidad de turista, sólo pararon de obturar para saborear empanadas y degustar un buen "miguelucho".
Adiós a los estereotipos. Casi un centenar de delegados de más de 40 países a la versión 50 de la Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), descubrieron con ojos de asombro una ciudad absolutamente distinta a la que se imaginaron cuando escuchaban el nombre de Medellín.
El abrebocas de la jornada de este miércoles fue un recorrido en metro desde la estación Exposiciones hasta la estación Acevedo del metro. En éste, el alcalde de Medellín, Alonso Salazar, hizo su papel de anfitrión, indicándole a los delegados que lo acompañaban en el vagón, lugares de la ciudad que, en cuestión de segundos, hicieron que se cayera cualquier paradigma de violencia en su imaginario.
"En este recorrido uno va viendo los contrastes de lo hecho con lo que falta por hacer. Este paisaje que les muestro tiene una dosis de sinceridad porque no es una ciudad idealizada. Aquí ve el entorno de Moravia, pero también ve la biblioteca España, lo cual transformó totalmente el entorno", explicó Salazar, en el paso por la estación Caribe a Eugenio Bonilla Díaz, delegado de Argentina.
Luego llegó el ingreso a los vagones del metrocable. Los delegados del BID miraron 'boquiabiertos' al vacío porque esa Medellín no se la esperaban.
“Me la imaginaba más pequeña, más rural y concentrada. Los alcances de la obra se ven en los rostros de la gente que vive aquí. Además, es el único metrocable urbano que he visto. Es impresionante”, dijo Miguel Emdis, consejero de Portugal en el BID.
Y es que, según el Alcalde, "cosas para mostrar es lo que hay. La ocasión es propicia para contar mucho de la ciudad, mostrar nuestros avances y nuestros desafíos".
El recibimiento, arriba en la cima, lo dieron los jóvenes de la Orquesta de la escuela Las Nieves. Allí los delegados, con ojos y curiosidad de turista, sólo pararon de obturar para saborear empanadas y degustar un buen "miguelucho".
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