Invitados por Confama, sesenta personas, entre ellas silleteros, sembraron plantas para atraer las aves.
POR JOHN SALDARRIAGA | Publicado en elcolombiano.com el 27 de enero de 2014
Andrés Hincapié y María Emilse Ruiz son expertos sembradores. En sus casas cultivan jardines. Por eso ayer, en compañía de 60 personas, plantaron 100 árboles en dos horas. FOTO DONALDO ZULUAGA
Al frío ya están acostumbrados. La leve llovizna tampoco los acobardó. El campo es su placer. Así que en la mañana mojada y gris del domingo jamás estuvo en riesgo la siembra de árboles en el Parque Arví.
Con la compañía del Mohán, la Madremonte, el Hojarasquín del Monte, la bruja, el Patas y el Verraco de Guaca, 60 personas, residentes en veredas vecinas al parque recreativo Comfama, acudieron al llamado de esta institución para la siembra. María Emilse Ruiz y Andrés Hincapié Carvajal estuvieron entre ellas.
Ella es silletera. Más que sus palabras, su indumentaria así lo contaban: falda larga y negra, blusa blanca y con encajes, pañoleta en la cabeza, alpargatas... Hace parte de la Corporación que agrupa a estos campesinos que hacen artesanías con flores y en su casa, situada en la vereda El Porvenir, suele cultivar plantas de jardín.
Él es un proyecto de silletero que no ha ganado la oportunidad de cargar un arreglo floral el 7 de agosto, pero confía que este año sea la primera vez. Estudiante de séptimo grado, residente en la vereda El Cerro, ayuda a su padre los sábados, los domingos y en las vacaciones en las labores agrarias. "Tengo un "medio-cultivo" de uchuva", contó él, vestido de silletero: camisa blanca; pantalón negro; sombrero blanco; pañoleta alrededor del cuello; carriel; vaina de machete al cinto, pero sin machete...
"Y también tenés un cultivo de claveles", le complementó la mujer.
"Es que todavía no les sé muy bien los nombres a todas las plantas".
Ambos integraron el mismo equipo de sembradores.
Marrabollos, arrayanes, ceibas, silvo-silvos, uvitos, cedros. "Árboles ornamentales y de reforestación", dijo el coordinador, Hermes Darío Alba. Algunos de estos árboles, pertenecientes a 10 especies, son nativos de la zona y contribuyen a atraer la fauna, especialmente aves, que encuentran en ellos semillas.
A los habitantes de Santa Elena les ha preocupado que con el Parque Arví se comercialice el territorio, se llene de edificios, de negocios y se acaben los bosques. Al parecer, dijo Hermes, eso no ocurrirá, al menos no sucederá en una gran porción del territorio.
Con la siembra de ayer, ya son 3.000 los árboles que han plantado. Es un compromiso con el Ministerio del Medio Ambiente de ir renovando las arboledas, algunas de las cuales ya están viejas.
"Pero es tan grande el interés de la gente y de Comfama en la preservación del bosque, que no lo hacemos solo por ese compromiso jurídico. Seguiremos sembrando árboles, más allá de las cifras obligadas", agregó Hermes.
Después de la tierra abonada, echaron la tierra amarilla para terminar de llenar el hueco. Cien árboles más en el inmenso bosque.
Al mediodía, la labor terminó. En una extraña fila salieron del monte sembradores, empleados, silleteros y esos personajes de la mitología antioqueña. Estos tal vez se irían a asustar a otra parte.