Elbacé Restrepo | Medellín | El Colombiano 11 de julio de 2010
Atrevida y desconcertante Íngrid Betancur (qué cuentos de Betancourt), nos tenés abrumados, aburridos, furiosos y con "la rabia en el corazón". ¿Cómo se te ocurre, querida?
"La Íngrid que estuvo en el Congreso todavía está ahí, pero aun (sic) estoy en un proceso de sanar heridas, en un proceso que toma tiempo (...) Creo que se puede ayudar a Colombia de otras maneras, pero este es momento de hacer un alto en el camino".
Esta perla entrecomillada, tan bonita y conmovedora, la dijiste hace apenas diez días, cuando te "importaron" para la conmemoración del segundo aniversario de la Operación Jaque. Claro que no nos explicaste las otras maneras de "ayudar" a Colombia, qué clase de heridas eran ni quiénes las tendríamos que sanar. Y éramos nosotros, los colombianos todos, que quedamos agonizantes, de muerte lenta, cuando tu abogado nos dio la noticia de la demanda, qué cuentos de conciliación, que vas a ponerle al Estado colombiano por una chichigua: quince mil millones de pesos, que escribo en letras para no ahogarme en un mar de ceros a la derecha. ¿Qué más te pide el cuerpo, mijita?
Nos estás cobrando hasta la muerte de tu padre, y parece que la del Hijo y la del Espíritu Santo, según la cifra. ¡No Íngrid, no jodás!
Yo, igual que los millones de colombianos ofendidos por este saco roto de la ambición desmedida, me declaro ingridnada. Perdón, quise decir indignada. ¿Ya sabés que otros ex secuestrados quieren copiarte la idea? ¿Por qué regresaron tan? cómo dijera sin ofenderlos? ¿Negociantes, plateros, oportunistas?
En tu reciente visita, muy breve por cierto, (lo entiendo, cómo sería la incomodidad, si ya sabías que en pocos días nos clavarías el puñal), también dijiste que "el Ejército tuvo el bello gesto de convocarnos a todos para celebrar, esto es un cumpleaños, porque hace dos años significó volver a vivir, es el día de nuestra resurrección".
Pero ya tenías lista la cuenta de cobro. Y bien alta. Seguro ya hiciste las cuentas para determinar cuánto de tu botín compartirás con tus "hermanos" en cautiverio, en caso de que la demanda prospere. ¡Qué cuentos de conciliación!
Más allá de que si en tu país tercermundista te queremos o no, Ingridcita, todos coincidimos en que al Estado colombiano le cuesta mucho la guerra, y como la pugna por el dinero corrompe, te pregunto: ¿será mejor pensar que los secuestrados resultan más baratos si se dejan morir en cautiverio?
Otra pregunta y no te molesto más: ¿hay alguna sorpresa por ahí, en letra menuda? ¿Incluiste la comisión para las viudas y los huérfanos de los soldados que murieron en los enfrentamientos, cuando te buscaban para liberarte? ¿Nos vas a cobrar porque buscándote encontraron a Raúl Reyes , tu secuestrador?
Nos saldría más económica la vuelta si el Ejército, entonces, hiciera lo que tiene que hacer: liberarlos a sangre y fuego, sin medir las consecuencias, ¿cierto? A menos días en cautiverio, menos plata en demandas. ¡Qué cuentos de conciliación!
Dice tu abogado que "una conciliación es una manera de ayudar a reflexionar sobre los mecanismos de protección que brinda el Estado colombiano a sus ciudadanos víctimas del terrorismo". El eufemismo perfecto para un atraco legal.
Si este tumbis prospera, como buena paisa, tengo derecho al regateo: oíste, ingrata, ¿cuánto sería lo mínimo?